Bodegas Pinna Fidelis

Historia

Bodegas Pinna Fidelis nace en el año 2001 tras la iniciativa de un grupo de viticultores de la comarca de Peñafiel, zona privilegiada dentro de la Denominación de Origen de la Ribera del Duero.

En su concepto de bodega se mezcla, en perfecta armonía, la tradicionalidad de la elaboración de la zona con una filosofía de producción innovadora, ajustándose así a los nuevos gustos de los consumidores de vinos de calidad. Han creado unas instalaciones de las más modernas que existen en la Ribera del Duero.

Entorno y Viñedo

 

Bodegas Pinna Fidelis cuyo nombre nos recuerda al pueblo que la ha visto nacer, se ubica en la bella localidad ribereña de Peñafiel junto a la confluencia de los ríos Duero y Duratón. 

Pinna Fidelis se abastece de las 225 hectáreas de viñedo que controla con escrupulosa rigurosidad, la vendimia se realiza de manera manual, seleccionando la mejor uva, no llegando en ningún caso a los 5000 Kg por hectárea, para poder dotar a los vinos de toda la calidad que la variedad en perfectas condiciones de madurez y sanidad es capaz de ofrecer. Uno de los pilares en los que Pinna Fidelis se basa, para poder ofrecer unos altísimos índices de calidad, es el conjugar una excelente materia prima y la última tecnología enológica, en unas instalaciones de vanguardia.

Elaboración y Crianza

La filosofía de elaboración de todos los vinos de Pinna Fidelis, persigue plasmar las características de una zona de producción en el que se mezclan las particularidades propias del clima y un terruño especial, para dar lugar a unos vinos potentes y estructurados al mismo tiempo que finos y elegantes. La uva tras un riguroso proceso de selección realiza unas maceraciones que se prolongan entre 20 y 35 días, posteriormente y una vez terminada la fermentación maloláctica, el vino “en rama”, pasa a las barricas de roble sin ningún tratamiento previo.

La sala de barricas es el corazón de la bodega, y está dotada con control de temperatura y humedad que junto a la mejor selección de robles nuevos, americanos y franceses, hacen enriquecer aún más las características de sus vinos, dotándoles de toda una sinfonía de sensaciones inigualables y poniéndose de manifiesto esa personalidad exclusiva que Pinna Fidelis imprime en sus elaboraciones.

El trabajo de rellenado de barricas y trasiegos es constante. Una vez cumplido el periodo de barrica, el vino se clarifica con clara de huevo y se embotella.

Con el proceso de crianza en botella los vinos culminan el periodo de elaboración, el cual dura al menos 3 meses para los jóvenes, 12 para los vinos Crianza, 24 para los Reservas y 36 para los Gran Reserva, tras haberles aplicado toda la centenaria sabiduría de la elaboración de la zona,convirtiéndose este en el punto de partida donde se dará lugar a todo un coupage de sensaciones al poder disfrutar estos vinos cargados de matices en perfecto equilibrio.

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